El diafragma y el suelo pélvico son estructuras que trabajan en conjunto, por lo que alguna alteración en alguno de estos segmentos genera una disfunción, que puede acompañarse de la alteración postural, o en este caso ser parte de la raíz principal de la disfunción.
Una postura adecuada o inadecuada puede mejorar o al contrario aumentar la disfunción entre el suelo pélvico y el diafragma, cuando se habla se una postura adecuada se define como aquella postura que permita que el individuo se mantenga de pie sin afectar de manera proporcional el estado de equilibrio y gravedad, por lo que no debería ser una postura forzada e incómoda sino más bien una postura que permita aprovechar el efecto de la gravedad sin disconfort.
Los cambios posturales o de hábito postural de manera adecuada son parte del tratamiento de las disfunciones del suelo pélvico, además se acompaña de la promoción de la elasticidad y libertad articular, para lograr que el paciente logre adaptarse de manera natural y sin sobreesfuerzos.
Se pueden aplicar diversos ejercicios que permitan liberar las tensiones y restricciones que posee el cuerpo, siempre pensando que la gravedad es nuestra aliada y no nuestra enemiga.