El desarrollo motor de un bebé es un proceso fascinante que sigue una serie de etapas naturales. Sin embargo, en algunos casos, pueden aparecer señales que indican la necesidad de una evaluación por parte de un fisioterapeuta especializado en pediatría. Identificar estos signos a tiempo puede marcar la diferencia en la evolución del niño, previniendo posibles problemas a largo plazo.
A continuación, te explicamos cuándo es recomendable acudir a un fisioterapeuta infantil y qué señales de alerta deben tener en cuenta los padres.
Desarrollo motor típico en bebés
Cada bebé tiene su propio ritmo de desarrollo, pero existen hitos motores generales que se esperan en determinados momentos. Algunos de los más importantes son:
- Primeros meses: movimientos reflejos, control de la cabeza, pataleos simétricos.
- 3-6 meses: volverse boca arriba o boca abajo, apoyo en los antebrazos.
- 6-9 meses: inicio del gateo, mantenerse sentado sin apoyo.
- 9-12 meses: ponerse de pie con apoyo, primeros intentos de caminar.
Si bien las variaciones son normales, ciertos retrasos o patrones anómalos pueden indicar la necesidad de intervención.
Señales de alerta en el desarrollo motor
Existen signos que pueden sugerir dificultades en el desarrollo motor del bebé. Estas son algunas de las señales que requieren una consulta con un fisioterapeuta especializado:
1. Falta de control de la cabeza
A los 3-4 meses, un bebé debería ser capaz de sostener su cabeza de manera estable. Si esto no ocurre o el cuello parece débil, podría ser indicativo de hipotonía o algún otro problema neuromuscular.
2. Asimetrías en el movimiento
Si el bebé muestra una preferencia marcada por un lado del cuerpo, siempre gira la cabeza hacia el mismo lado o usa más una mano que la otra antes del año de edad, podría haber un problema de tono muscular o una alteración postural, como la tortícolis congénita.
3. Falta de interés por moverse
Un bebé que no intenta alcanzar objetos, no muestra curiosidad por su entorno o no inicia movimientos como voltearse, sentarse o gatear dentro de los rangos esperados puede requerir estimulación adicional.
4. Dificultades con el gateo o la marcha
Si un bebé evita el gateo, lo hace de manera asimétrica o se desplaza con patrones inusuales (como arrastrándose solo con los brazos), podría necesitar una evaluación. Asimismo, si a los 18 meses no ha comenzado a caminar, es recomendable una consulta.
5. Rigidez o flacidez excesiva
El tono muscular adecuado permite que un bebé se mueva de forma fluida. Si un niño parece demasiado rígido (hipertonía) o, por el contrario, demasiado blando (hipotonía), esto puede afectar su desarrollo motor y postural.
6. Plagiocefalia o deformidades craneales
Las deformidades en el cráneo, como la plagiocefalia posicional, pueden estar relacionadas con una postura mantenida durante el sueño o con un tono muscular inadecuado. La fisioterapia puede ser clave en su tratamiento.
7. Dificultades en la succión o el reflejo de deglución
Los problemas en la lactancia, como la dificultad para succionar o deglutir correctamente, pueden estar asociados con alteraciones en la musculatura orofacial que pueden tratarse con fisioterapia.
Beneficios de la fisioterapia en bebés
Un fisioterapeuta especializado en pediatría puede evaluar el desarrollo motor del bebé y, si es necesario, aplicar tratamientos para corregir alteraciones o estimular su evolución. Algunos de los beneficios incluyen:
- Mejora del tono muscular y control postural.
- Prevención y corrección de asimetrías o deformaciones craneales.
- Estimulación adecuada para favorecer el desarrollo motor.
- Orientación a los padres sobre ejercicios y posturas beneficiosas.
Si has notado alguna de estas señales en tu bebé o simplemente deseas asegurarte de que su desarrollo es adecuado, en FisioClinics Bilbao contamos con fisioterapeutas especializados en pediatría que pueden ayudarte.
Conclusión
El seguimiento del desarrollo motor en los bebés es fundamental para detectar y corregir posibles alteraciones a tiempo. Ante cualquier duda, acudir a un fisioterapeuta infantil puede proporcionar tranquilidad a los padres y garantizar un desarrollo saludable para el niño.
Si tienes inquietudes sobre la evolución de tu bebé, no dudes en consultar con un especialista. La detección temprana es clave para una intervención efectiva.