Bueno… realmente no voy a hablar yo… Sino el.
Te regalo para eso los primeros párrafos del libro Fiit Concept - Atlas de Fisioterapia Integrativa
En cuestiones de salud, existen dos abordajes principales para enfrentarse a las patologías: el occidental y el oriental.
El primero, también llamado medicina moderna, se sustenta sobre el método científico.
El segundo se basa en la medicina natural y en la interpretación de las señales que nuestro cuerpo nos envía.
Entre ambos abordajes existen multitud de diferencias, pero, para no extenderme más de la cuenta, el siguiente ejemplo intentará poner de relieve la diferencia fundamental.
En un desgaste avanzado de cadera de una persona mayor, la medicina moderna no busca la causa, sino que directamente la sustituye por una prótesis con grandes resultados en la mayoría de casos.
El éxito es innegable, ya que, aunque no cura al paciente (puesto que en absoluto se ha actuado sobre el factor causal), se ha “parcheado” tan bien que resulta innecesaria cualquier otra consideración.
Pero, ¿qué pasa si aplicamos esta filosofía paliativa a otros procesos, en ocasiones no tan graves o urgentes, pero sí muy molestos e incapacitantes, que tienen una causa concreta aunque ésta sea imperceptible o intangible?
El resultado, en muchas ocasiones, es que acaba siendo peor el remedio que la enfermedad.
Es en estos procesos menos graves, también conocidos como disfunciones o patologías funcionales, cuando podemos intervenir con un tipo de medicina que no trate de tapar síntomas, sino de ayudar al organismo a completar un proceso de autorregulación y de retorno a la homeostasis.
La medicina natural entiende que los síntomas tienen un origen que hay que conocer y abordar y además considera que taparlos resulta contraproducente a corto, medio y largo plazo.
En ocasiones es difícil saber cuándo una disfunción músculo-esquelética está tan avanzada que ya no tiene marcha atrás y, por lo tanto, debemos conformarnos con mitigar los síntomas, o cuándo merece la pena un tratamiento holístico que devuelva al organismo a una situación de equilibrio y por tanto, asintomática.
Esta disyuntiva sólo puede resolverse con conocimientos (y no sólo los de la medicina tecnificada), experiencia (probando y fallando se aprende), sentido común (que se aplica menos de lo deseable) y un poco de intuición (la que todo buen investigador debería poseer) y que son los tres pilares de este libro.
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Te aseguro que lo es…
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Iñigo (he venido a hablar de mi libro) Junquera
P.D - Pobre Umbral… después de una gran carrera… que te recuerden por eso…
